sábado, 8 de mayo de 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

Paseando por Almería. Convento de las Claras

Comienzo un nuevo grupo de estradas, las denomino “nuestros rincones”, recorrerán la ciudad y nuestra provincia. Para ello cuento con vosotros, ya sabéis suficiente para comentar las imágenes y ampliar la información que ira apareciendo. Seguro que os preguntáis ¿evalúa?, pues claro, repercute en vuestra nota personal, pero lo más importante, os evaluáis a vosotros mismo y comprobáis que el trabajo del curso no ha sido en balde.


Espero que todos colaboréis, clasificando y analizando las imágenes que acompañan a breves nota sobre los edificios

El tema de hoy es:


La Iglesia Convento de Santa Clara.




Un poco de historia. Fundación y evolución del convento.



El primer intento de fundación del convento de la orden de Santa Clara se remonta al siglo XVI, pero hubo que esperar al testamento de Jerónimo Briceño de Mendoza, otorgado por su esposa Micaela de la Cueva el 24 de diciembre de 1590, donde ordenaba, que en caso de agotamiento de su linaje, se destinara buena parte de su renta a la fundación en Almería de un Monasterio de monjas profesas de la orden de Santa Clara, estableciendo un patronato y señalando que las primeras fundadoras habían de ser seis monjas procedentes del Monasterio de la Encarnación de Granada

Dicha manda no resultó efectiva hasta el 5 de julio de 1693 en que falleció Carlos Briceño Coloma, sin descendencia legítima, pues no fue reconocida la sucesión de su hija natural Catalina María Margarita, monja en la Purísima Concepción de Almería. Tras un pleito complicado, se constituyo el Patronato formado por el obispo, el deán de la catedral y el guardián de San Francisco de Almería, que logró la real cédula fundacional el 11 de enero de 1719, pero fueron poco eficaces, se administraron mal los recursos, y el arquitecto Simón López de Rojas, desvío de parte del dinero recibido para otras obras, lo que retrasara 60 años la fundación.





La ubicación del convento, se situó cercana a la plaza del Juego de las Cañas, actualmente de la Constitución y popularmente Plaza Vieja. Esta ubicación, en parte no fue buena para el Convento que sufrirá dos amputaciones importantes. La primera al perder la portada renacentista en el siglo XIX, para convertir dicho espacio en la plaza porticada que actualmente existe. La segunda durante la ocupación francesa, entre 1810 y 1813 se abrió en su huerto la “Calle Ancha”, actual de Jovellanos, la de mayor amplitud de la ciudad en aquellas fechas, que fue un anticipo de las trazas del ensanche burgués.






Otros problemas para la comunidad tendrán lugar en 1837, en que el convento será desamortizado, instalándose allí el Gobierno Civil y la Diputación Provincial, debiendo trasladarse por este motivo las monjas al convento de las Puras, la comunidad no regreso a su edificio hasta el año de 1899; pero quizás la etapa más trágica para el convento es durante la Guerra Civil Española, en que fue incendiado y manteniéndose solo en pie la iglesia, el único elemento original, ya que el convento actual se reconstruye en la posguerra, según la estética fascista imperante en aquellos años, que supuso la destrucción del antiguo patio del caserón renacentista que había servido de claustro a las monjas desde mediados del siglo XVIII. Las monjas regresan en 1947, y continúan hasta la actualidad

La información de estas breves notas esta tomadas de la obra Antonio Gil Albarracín